Ha llegado el verano, y este año hemos dado por acabada la temporada de competiciones amateurs, con lo que es momento de pensar en pequeñas aventuras de las nuestras, llevábamos tiempo comentando que ya tocaba una paliza a piñón fijo, y como tenemos a nuevos incautos en la pandilla, y se celebraba el Campeonato Iberico de bicimensajeros, era la escusa perfecta.
Todo empezó como siempre, un grupo de whatsapp, y una pregunta al aire: ¿quié.n se anima a venir a la Coruña con las fijas?. Como siempre algún voluntario, alguno que nos vacila y alguno al que picamos y acabamos convenciendo, en este caso seguramente si no fuese por que era sábado y a alguno le coincidía con trabajo u otros eventos se hubiese animado.
La ruta no era excesivamente larga, pero si se preveía dura, ya que es justo lo que mas te fatiga en una bicicleta sin marchas y sin frenos, cuando subidas y bajadas se soportan a base de cargar las piernas donde la única tregua son las rectas, escasas, e inexistentes de Santiago en adelante.
En cuanto a las bicicletas poco que contar, un repaso mecánico e intentar igualar las relaciones entre todos, en mi caso 50x18 en los demás 48x17. Los incautos que nos animamos fuimos:
Senda, un amigo que lleva unos meses andando a piñón fijo y que nunca había hecho mas de 60 kms
Ruben, el ganador del criterium Pontevedra en la categoría amateur, que este año está participando en todos los crits con buenos resultados (11º en Toledo) y está en buena forma.
Joaquín, un cliente que llevaba años siguiéndonos por las redes sociales desde Santiago, y que recientemente se montó una bicicleta para poder acompañarnos y predicar con el piñón fijo en sus tierras donde no abunda.
Y el que os escribe, una vez más culpable e incitador.
Salímos a las 7 de la mañana, para aprovechar el día y poder pasar un rato con los amigos llegados de todo el país al CIMB, como siempre un pequeño retraso de uno, un olvido de otro y la media hora tarde de rigor. La previsión del tiempo era bastante favorable, solo nos pilló un poco imprevisto el frío, y es que a la hora de la salida rozábamos los 9º en Pontevedra, y bajaban algunos grados en la zona de Caldas....pero entre risas y a buen ritmo llegamos muy panchos a Padrón donde se nos unía Joaquín que venía desde Santiago. Juntos y de palique llegábamos a la catedral, donde incluso nos veníamos arriba diciendo que para ahorrar volveríamos a la misma ciudad para coger el tren.
Después de un cafecito y quitarnos la ropa de abrigo, arrancábamos la segunda parte, que ya sabíamos que sería más dura, además para nuestra sorpresa, cuanto mas al norte ,más se oscurecía el cielo, soplaba un poco de viento de cara, y hasta se presagiaba algo de lluvia.....La carretera una subida tendida continúa que ibamos llevando con paciencia.
Pasaban los kilometros, e íbamos trabajando juntos, intentando no separarnos, y pendietes los unos de los otros.Pasados los 80 kms ,Senda, poco acostumbrado a estar tanto encima de una bici, empezaba a acusar cansancio, y malestar por la postura, los demás lo animábamos y lo acompañábamos, hasta que entrando en Ordes empezó a llover, por un momento cundió el desanimo ya que se esperaba toda la bajada y no hace gracia bajar bloqueando ruedas con la carretera mojada, pero fueron unas nubes pasajeras y continuamos rumbo al km 95 donde hacíamos el punto mas alto en Mesón do Vento.
Una vez allí, y reunidos todos cantábamos victoria por habernos quitado las subidas mas fuertes ya de en medio, y qué equivocados estábamos. Venía lo peor.
Primero una bajada de unos 7kms que hace que se te carguen mucho brazos y espalda, y luego
una sucesión de subidas y bajadas no muy largas pero siempre acompañadas de las señales de peligro por rampas del 8% que con mas de 100kms encima se hacia tortuosas.
Finalmente y con el típico "sálvese quien pueda" de los últimos kms, y es que cuando las fuerzas van justas y se ve la meta cerca, es mejor que cada uno tire a su ritmo, llegábamos a Coruña para ver las clasificaciones de la carrera del Campeonato de bicimensajeros, y animar a algun amigo entre ellos Marquezbris que se hacía con la victoria.
Con ganas de cambiarnos y darnos una ducha no nos quedábamos mucho por la Coruña, y volvíamos en tren, no sin tener que aguantar reprimendas de los revisores porque éramos mas de tres bicis en el tren.....pensando ya en la siguiente!
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