Hacía tiempo que nos rondaba por la cabeza meternos un viaje en piñón fijo, uno que nos hiciese sacar lo mejor de nosotros mismos, uno de esos acontecimientos en los que sufres pero que luego recuerdas con cariño, y te dan un montón de batallitas que contar.....en el momento en el que nos enteramos que nuestros queridos The Roosters pedalearían hasta Oporto, tardamos pocos minutos en comentar su post diciendo que iríamos a recibirlos....y es que estas cosas deben hacerse así sin pensar.
Una vez decidido que los F&S a lomos de nuestras Poloandbike iríamos a recibirlos a Oporto, era momento de pensar: quienes? como? por donde?....pero planear no es nuestra especialidad.
Cuando nuestros compadres de Northern Lights Ap (Yago y Lara) se enteraron se animaron y a la vez se encargaron de animar a los amigos de Mondrian (Alvaro y Helena) y a Xacobe, compañero de pedal y a Javi P. que se encargaría de llevar uno de los coches de apoyo que consideramos imprescindibles, ya que la mayoría no habían pasado mas de 2 horas sentados encima de una bici, aunque sabemos por experiencia que en estos casos la ilusión empuja mas que las piernas
De nuestro equipo, con el viaje a Valencia tan reciente, solo Joel y yo pudimos apuntarnos, pero se nos unían los eventuales Roi y Leo, además del que empieza a ser una parte fundamental del team Pablo a.k.a Iluminati que nos apoya y transporta allá donde vamos.
Tras pegarle un repaso alas bicis la noche del viernes (algunas eran bicis de carretera modificadas con straps) y con la primera luz del día del sábado arrancamos.
Pero nuestra alegría y buen ritmo iniciales, se truncaron pronto con un pinchazo feo, de esos que se producen porque el fondo de llanta no hace bien su función, me encargué de asegurarme que no sucediese de nuevo, y por suerte fue la única avería.
Con el fresco y un buen ritmo no tardamos en llegar a Baiona, donde hicimos la primera parada, un problema con el coche de apoyo nos retuvo mas de la cuenta, pero ayudados por el poco desnivel de la costa, y la brisa del Atlántico llegamos a la Guardia bien de tiempo, de allí nos dispusimos a cruzar al país vecino para comer, y tras perdernos momentáneaente llegamos al puente que hace de frontera por una finca. En el primer pueblo luso, y con la temperatura asfixiando decidimos hacer la comida.
Una vez en Portugal, aunque cerca de la costa, ya no soplaba nada mas que un bochorno que te resecaba la boca a cada pedal, y el sol cayendo a plomo no ayudaba.
Por suerte y a diferencia de nuestros gallos madrileños, nosotros llevábamos coche de apoyo que nos cruzábamos de poco en poco, con algo de alimento, y bebida fresca al menos durante unos minutos.
Conforme se echaban los kms encima las paradas eran mas necesarias, y los que ibamos un poco mejor, tratábamos de retener el ritmo para que todos tirásemos hasta el final.
Una vez en las afueras de Oporto, nuestro peor enemigo era la incertidumbre de saber si estábamos entrando bien, a partes iguales con los conductores portugueses que por lo visto no han ni tan siquiera oído hablar del respeto a los ciclistas.
Además las cuentas no daban y el cuentakilómetros marcaba mas de lo planeado....pero a eso de las 7 de la tarde casi todos poníamos pié en la ciudad de los adoquines y las cuestas sembradas de vias de tranvía (Oporto es la ciudad menos ciclable de Europa)
Una vez en Oporto la mayoría cenaba y se quedaba en el hostel, pero algunos no podíamos marcharnos sin explorar el ambiente nocturno de una ciudad nueva (somos unos golfos profesionales)
A la mañana siguiente salimos a hacer un poco el guiri, y cuando nos disponíamos a comer haciendo tiempo para recibir a los Roosters, recibimos una llamada de auxilio:
Levi, un tio que no es sospechoso de ser un blando (Madrid-Budapest en piñón fijo) llevaba todo el día vomitando y estaba al límite, a unos 80kms por el interior del Portugal mas profundo.
Como no podía ser de otra forma nos subimos en un coche y acudimos al rescate, llegando en el momento justo con provisiones, ya que la ruta pondría en apuros a cualquier ciclista con marchas y frenos SIN UNA MOCHILA DE 10 KGS por medio de puertos que quitaban el hipo, imaginaros el infierno que vivieron. (fotos tomadas con móvil)
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Momento en el que nos los encontramos tras asaltar la piscina de un bar. |
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Después de coronar el último puerto |
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Una foto que hice mientras esperabamos a que coronasen el infierno portugués |
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